La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María José Broseta, se reunió el viernes 25 de octubre con el alcalde de València, Joan Ribó, en un encuentro que transcurrió en un tono de cordialidad en el que la dirigente vecinal le trasladó al primer edil un documento con las principales reivindicaciones del movimiento vecinal de cara al nuevo mandato. Este es el contenido del mencionado escrito:
Movilidad
Entramos en una legislatura en la que se vislumbran importantes cambios
especialmente en lo que a la accesibilidad al centro histórico se refiere por
los procesos de peatonalización principalmente de las plazas de la Reina,
del Mercat/Brujas y del Ayuntamiento. La Federación comparte la filosofía
de generar nuevos espacios de calidad para los viandantes y en definitiva
de transformar estos núcleos, actualmente concebidos como rotondas y
macro estaciones de EMT, en zonas de esparcimiento para la ciudadanía.
Sin embargo exigimos:
Que todos los cambios vayan acompañados de procesos
participativos.
Que exista dotación de transporte público mediante líneas rápidas
de EMT que interconecten todos estos enclaves con frecuencias de
entre dos y tres minutos.
Un incremento de servicio en general en todas las líneas de bus de
la ciudad que redunde en unas frecuencias de paso competitivas,
con el objetivo de que la EMT suponga una alternita real al coche a
la hora de desplazarse al centro.
Que se cuente con el movimiento vecinal a la hora de reestructurar
las líneas.
Que los vecinos y vecinas residentes de todas estas zonas tengan
garantizada la accesibilidad a sus casas y plazas de aparcamiento y
que cuando se produzcan cortes de calles por festividades o eventos
se faciliten rutas alternativas para que no se queden barrios
incomunicados.
Que los espacios peatonales liberados de tráficos no queden
invadidos por terrazas u otros elementos que dificulten la movilidad
de los viandantes.
Incrementar el transporte público en verano, minimizando los
recortes de servicio.
En cuanto a las nuevas formas de movilidad, la Federación apoya todas las iniciativas encaminadas a potenciar los transportes alternativos no contaminantes, tales como bicicletas o patinetes eléctricos, pero siempre priorizando la movilidad peatonal primero y el transporte público.
Además, solicitamos mayor coordinación entre FGV y EMT ambas empresas públicas desde la Autoridad Metropolitana para cubrir grandes eventos como conciertos, Fallas o los actos más multitudinarios de la Gran Fira.
Exigimos también información sobre cómo se van a gestionar las cámaras de lectura de matrículas instaladas en el centro histórico y cuándo empezarán a funcionar.
Pedimos que la Autoridad Metropolitana de Transporte sea un órgano que coordine de un modo real y facilite la comunicación entre poblaciones, minimizando, junto con los aparcamientos disuasorios y el billete único, la entrada de vehículos privados en la ciudad. También sería deseable que se estudiara la posibilidad de compatibilizar las bicicletas de alquiler y otros tipos de sharing.
Seguridad ciudadana y convivencia
Establecer dispositivos conjuntos con la Policía Nacional para atajar el
problema del tráfico de drogas que se ha recrudecido especialmente en
zonas como el Cabanyal, Malvarrosa o Velluters, donde además también
se dan problemas de convivencia asociados a la prostitución callejera. Es
preciso poner en marcha medidas de ámbito social y policial para dar una
salida segura a las mujeres y actuar contra los proxenetas.
Por otra parte, exigimos la puesta en marcha del Observatorio de Ocio y
Turismo, cuya creación se aprobó en el último pleno municipal del pasado
mandato y que tiene por objetivo establecer medidas entre todos los
agentes sociales implicados para atajar los problemas de contaminación
acústica y sobreocupación del espacio público relacionados con el exceso
de terrazas, el botellón o los apartamentos turísticos.
Limpieza, parques y jardines
Exigimos una mejora en los servicios de limpieza, que pese a haberse
incrementado en los últimos años, sigue siendo insuficiente en muchos
barrios de la ciudad (Cabanyal, Orriols, Malvarrosa, Benicalap, etc…), todo
ello acompañado de campañas de concienciación ciudadana. Además, que
se incluya en los pliegos del futuro concurso la obligatoriedad de que los
vehículos de limpieza sean silenciosos y ecológicos.
En cuanto a parques y jardines, exigimos que se siga avanzando en la
construcción de zonas verdes en detrimento de los solares existentes en
los barrios y que se incremente sensiblemente el mantenimiento, así
como el personal de poda del arbolado, muy deficitario en la actualidad.
Vivienda y gentrificación
Observamos con preocupación el aumento de casos de vecinos y vecinas
que son expulsados de sus casas por fondos de inversión que pretenden
transformar edificios de viviendas en apartamentos turísticos,
especialmente en zonas como Ciutat Vella, Russafa o el Cabanyal. Esta
Federación exige medidas efectivas para evitar estas situaciones, para
poner freno a los precios de los alquileres y para incrementar un parque
público de viviendas que garantice siempre una alternativa habitacional
para personas víctimas de estas prácticas o de cualquier otra forma de
desahucio.
Espacio público
El ocio y el turismo que se está fomentando en la actualidad conllevan
unas molestias a la ciudadanía incompatibles con el descanso y calidad de
vida. Hay zonas de la ciudad que tienen que soportar de jueves a domingo
altos índices de ruido generados por la falta de respeto de los que lo
realizan y la inacción por parte de la administración pública. Por este
motivo reivindicamos la puesta en marcha del Obervatorio del Ocio.
Fallas
Consideramos positivas las mesas de diálogo creadas con el mundo
fallero, y en esta línea pensamos que se debe seguir avanzando para que
las fallas, entendidas como toda la actividad que se genera alrededor de la
fiesta, no sean patente de corso y tengan sus limitaciones, entendiendo
que la protección patrimonial y la defensa de la salud están por encima del
derecho al disfrute de las fiestas de la ciudad. De la mano del resto de
agentes sociales y de los falleros, debemos seguir avanzando para marcar
unos límites razonables que permitan la convivencia de todos.
Puerto y ciudad
Esta Federación ya presentó alegaciones contra la ampliación norte del
puerto en el año 2007 al considerar que pone en serio riesgo nuestras
playas, nuestro parque natural de la Albufera, además de generar
numerosas molestias a los vecinos de Natzaret, quienes ya pagaron un
alto precio por la expansión portuaria aprobada en los años 80 que supuso
la pérdida de su playa. Esta Federación se mantiene en la misma posición,
máxime tras las cambios realizados en el proyecto para el que se obtuvo
una declaración de impacto ambiental (DIA) favorable en 2007. También
estamos radicalmente en contra del túnel del acceso norte, especialmente
si es para camiones.
Participación
Los procesos participativos siguen dejando mucho que desear,
especialmente la consulta sobre los presupuestos. Estas consultas se
deben democratizar fomentando la participación presencial, puesto que
una gran parte de la ciudadanía tiene serios problemas para integrarse en
el sistema informático. Cuanto más accesible hagamos las votaciones, más
legitimidad tendrán los resultados.
Además, es preciso que se agilice la tramitación y ejecución de los
proyectos ya que es excesivamente lenta, lo que desincentiva la
participación.
Los presupuestos participativos se deberían destinar a proyectos
propuestos por los barrios para sus propias zonas de influencia.
Queremos mostrar nuestro desacuerdo con el sistema que se ha puesto ya
en marcha este año, mezclando propuestas propias del Ayuntamiento con
propuestas ciudadanas. No es excusa el poco tiempo que lleva la concejal
en el área; debería tratarse de un proyecto político de continuidad, puesto
que llevamos ya cuatro años trabajando el tema. La Federación ha
participado en todas las mesas de trabajo y talleres a los que se nos ha
convocado, hemos hecho diagnósticos, propuestas, colaboración en
difusión y votaciones porque creemos en la participación, pero queremos
mostrar nuestro desacuerdo en el modelo actual porque se desvía de lo
que es su finalidad: inversiones en los barrios. Por no hablar de que un
solo proyecto de los presentados por el ayuntamiento puede acabar con el
presupuesto total.
Expresamos nuestro rechazo al funcionamiento del Consejo Social de la
Ciudad, en cuanto que es el instrumento más potente en la definición de
las grandes líneas de la política municipal que cuenta con la
representación del tejido social, económico y cultural de la ciudad como
órgano participativo.
Creemos que se deben impulsar los Consejos Sectoriales, en cuanto que
son muchos los ya existentes y otros por constituir, como son los Consejos
escolares, de la mujer, de la infancia, de la inmigración, de salud, de medio
ambiente, etc.
Es evidente como se está evitando dar un impulso a la descentralización
secuestrando la importancia que tienen los Consejos de Distrito,
constando una realidad existente que responde a la regulación orgánico-
administrativa del gobierno municipal y a la propia definición de las Juntas
de Distrito como instituciones de descentralización y participación
ciudadana.
En cuanto al anunciado reglamento de participación, se debe de dar una
mayor autonomía a las juntas de distrito y un mayor protagonismo a las
asociaciones de vecinos que acrediten un mínimo de actividad, arraigo e
implantación en los barrios.
La participación es un pilar fundamental de la democracia participativa y
para ello necesita de infraestructura, dotación presupuestaria,
reconocimiento y apoyo. Sin ello, no podemos decir que se quiera
fomentar la participación, es cubrir el expediente para dejar todo como
esta, todo para el pueblo……pero sin el pueblo.
Cinco meses después de las elecciones, nos encontramos con que las
Juntas de Distrito siguen sin estar oficialmente configuradas por
desacuerdos internos.
Coordinación
Observamos mayores dificultades a la hora de trabajar temas municipales
porque muchos de ellos afectan a distintas concejalías, no siempre del
mismo partido político, que ralentizan las soluciones. Hay falta de
coordinación entre áreas y lentitud en las resoluciones. Por no hablar
cuando el tema implica a más de una administración pública.