Con la presencia del Alcade Joan Ribó, como presidente, y Emiliano García como vicepresidente del Observatorio del Ocio y el Turismo, por fín hoy ha tenido lugar lugar su constitución.
Aun pesan muchas incertidumbres sobre su vuabilidad futura, pero nada mejor que reproducir la intervención de Maria José Broseta para dejar clara cual va a ser nuestra hoja de ruta.
València, libre de especualación turística!
En primer lugar, debemos congratularnos con su creación. Pues después de varios años, desde el último pleno de febrero de 2019, previo a las elecciones municipales en que se aprobó el compromiso de su constitución con la unanimidad de los grupos del Ayuntamiento, este Observatorio hoy comienza a ser una realidad.
Llegamos con la esperanza de que el Observatorio del Ocio y el Turismo no se quede solo en números y estadísticas, y documente también recomendaciones para ordenanzas o formas de trabajo del Ayuntamiento.
Si la ciudad queremos que sea amable y hospitalaria, lo ha de ser en primer lugar, con sus ciudadanas y ciudadanos, y este observatorio ha de velar por ello.
En los últimos 10 años el turismo viene experimentando un crecimiento sostenido en la ciudad. En 2019 superamos con creces los dos millones y medio en visitantes y los 5 en pernoctaciones.
Los efectos adversos de este crecimiento acelerado se hicieron notar de inmediato en el espacio público, en la limpieza, en la contaminación, en la vivienda, en el comercio local… La vida cotidiana de la ciudad la comenzamos a ver seriamente alterada por un enfoque obsoleto: Crecer y crecer sin atender a los efectos indeseados como la sobresaturación de la oferta del ocio en el espacio público, el aumento del precio de la vivienda, la expulsión de vecinos/as o la especulación inmobiliaria.
Las expectativas de que en los próximos años vamos a continuar por la senda de un rentable crecimiento sostenido nos han puesto en el punto de mira de los principales fondos especulativos financieros e inmobiliarios globales.
Se dice que Valencia es la mejor ciudad del mundo para vivir y así queremos que siga siendo, pero no como reclamo turístico sino como una realidad compartida entre sus residentes. Pues el turismo solo puede ser sostenible si es asumible social y ambientalmente, si contribuye al bienestar de sus vecinas y vecinos y a la conservación de la ciudad y de su medio natural.
Con este propósito nos sumamos hoy a la creación del Observatorio del ocio y el turismo, con el compromiso de repensar cómo se están haciendo las cosas y en la búsqueda de un modelo de acogida y de crecimiento que vaya más allá de meros mensajes publicitarios
Sabemos de dónde venimos, las cicatrices y las deudas de las aventuras pasadas siguen bien a la vista, y no queremos continuar por ese camino.
Solo en los últimos tres años han pasado por registro de entrada del Ayuntamiento las solicitudes de más de 280 licencias para hoteles o apartamentos turísticos; en este tiempo solo las viviendas con uso turístico han crecido un 150% y muy pocos cuentan con algo parecido a una licencia de actividad, mientras tanto el precio de la vivienda de alquiler ha aumentado un 40%.
Tampoco la ocupación juvenil levanta cabeza, está con unos índices de paro y precariedad intolerables. No podemos decir que esta industria ayude mucho al bienestar de la ciudadanía a pesar de ocupar en torno al 12% del PIB.
Sí, sabemos que el turismo es un fenómeno global pero sus nocivos efectos a nivel local no son por ello inevitables. Tenemos buenos ejemplos de ciudades donde se han tomado medidas para salvar la ciudad para sus vecinas y vecinos.
Queremos que este Observatorio sea el primer paso en ese camino y esperamos ver pronto en funcionamiento un centro de documentación que dé cuenta, con datos ciertos y relevantes, la realidad social de esta actividad económica tan importante en la ciudad y a la vez tan amenazadora.
Aspiramos a dotar a la ciudad de un centro de análisis y propuesta para que la actividad turística ocupe el lugar que le corresponde de forma enriquecedora y creativa. Este es el reto con el que el movimiento vecinal estamos comprometidos.