Para este 2023 que acaba de empezar, y como hemos venido mencionando en estos últimos días, esperamos que sea un año que confirme el crecimiento del movimiento vecinal y que su fuerza siga aumentando para que todos y todas podamos disfrutar de una ciudad más amable e integradora.
Será un año, además, en el que seguiremos muy de cerca el desarrollo normativo comprometido y en el que vigilaremos que, en cualquier caso, éste sea realmente en favor de la ciudadanía y los barrios.
Será, también, un año de convocatorias electorales y, por supuesto, como hemos hecho siempre desde el movimiento vecinal, será momento para hacer balance de la legislatura que finaliza y para exigir, a quienes se postulan para gobernar las instituciones, unas políticas que prioricen en lo público, en lo colectivo, en la habitabilidad y la convivencia, así como en el desarrollo de una ciudad y unos barrios que crezcan por y para los vecinos y vecinas, con un modelo de participación que sea mucho mejor y más efectivo para lograr esos fines.
Yendo a lo concreto, seguiremos reivindicando un modelo de movilidad que priorice, en primer lugar, al peatón, a quienes se desplazan a pie por nuestras calles, avenidas y plazas. Con una estructura y organización del transporte público que ha de desarrollarse mucho más y mejor, tanto para desplazarse dentro de la ciudad como en toda el área metropolitana.
Las calles de nuestros barrios deben estar limpias, tanto en las zonas más céntricas y turísticas, como en los barrios más humildes y periféricos. Y, aunque ésta es una labor de todas y todos y para ello debemos seguir trabajando en la concienciación colectiva, seguiremos reivindicando que realmente se apueste por los espacios verdes, por una limpieza y poda adecuadas y por la recuperación del espacio público. Más allá de los eslóganes y los reconocimientos honoríficos.
La gestión del espacio público tendrá que ser otra de las prioridades en una ciudad en la que no se está midiendo adecuadamente el crecimiento del ocio y el turismo. El control de las terrazas y la contaminación acústica ha de complementarse con un procedimiento sancionador adecuado, para limitar a quien incumple la normativa y proteger a quien sí la cumple.
Seguiremos reivindicando una gestión del turismo que realmente sea inteligente y sostenible, alejado del modelo actual de crecimiento descontrolado y sin criterio. Para ello, será fundamental llevar acabo el estudio sobre el impacto del turismo y el ocio en la ciudad cuyo compromiso logramos arrancar desde el movimiento vecinal. Entre tanto, seguiremos exigiendo que se establezca una moratoria que paralice la concesión de licencias de actividad turística hasta que se regule de forma realmente sostenible y documentada la oferta de alojamiento en la ciudad. Porque, además, la ausencia de un desarrollo normativo como corrsponde ahonda en la saturación de oferta turística en muchos barrios y deja a la vivienda de alquiler en manos de la especulación turística.
La vivienda es otra de las grandes prioridades del movimiento vecinal. Desgraciadamente, existe una situación de vulnerabilidad a la que hay que dar respuesta desde las Administraciones Públicas. Por eso es necesario abordar con urgencia la situación de emergencia habitacional que sigue creciendo en nuestra ciudad, con unos precios desorbitados de los alquileres y un acceso a la vivienda que cada vez se hace más imposible tanto para mayores como para jóvenes.
En la cuestión urbanística, seguiremos insistiendo en el modelo de ciudad que quiere y precisa la ciudadanía. Con el desarrollo de dotaciones públicas, servicios sociales, sanitarios, educativos, deportivos… y el respeto a la huerta y el medio ambiente. Un urbanismo que priorice en las personas y en los servicios públicos, y no en los intereses especulativos de las empresas privadas.
Seguiremos insistiendo especialmente en las necesidades de la juventud y, por supuesto, en las de los mayores, donde reivindicamos urgentemente un plan de creación de residencias y centros de día, así como de remodelación y mejora de la actual red de residencias para dar respuesta a la realidad social en la que nos encontramos.
No cesaremos en nuestro empeño respecto a cuestiones como el nuevo Mestalla, con la exigencia de que se cumplan los compromisos adquiridos con la ciudad en relación a la finalización del nuevo estadio, tanto en lo que respecta a la construcción del polideportivo de Benicalap como a las dotaciones previstas en el actual Mestalla. Así como respecto al proyecto de ampliación del Puerto, donde además de los graves perjuicios a la ciudadanía y al medio ambiente, seguimos denunciando que se esté planteando una inversión pública de semejante calado sin una justificación adecuada y con una ausencia total de debate, participación, transparencia y respeto a la legalidad vigente.
Todo esto sin olvidar cuestiones como la protección del patrimonio, o una seguridad ciudadana que priorice en la proximidad a los barrios y a la ciudadanía. O aspectos concretos como un parque de desembocadura que sea fiel al lema “un llit del Túria nostre, verd, net i obert a la mar” o el soterramiento de las vías en la entrada a València…, entre otras muchas cuestiones que seguiremos abordando en los próximos meses.
Para terminar, es imprescindible hacer una mención especial al respeto a las personas, a los derechos humanos, de todos y de todas, se venga de donde se venga, y se tenga la condición que se tenga. Y, por supuesto, señalar con contundencia la imperiosa necesidad de poner fin a esa gran lacra de esta sociedad que es la violencia machista y que nos sigue dejado unas cifras escandalosas de asesinatos machistas.