La Federació d’Associacions Veïnals de València (FAAVV) ha incidido en la necesidad de que sea la Administración municipal, como primera responsable al respecto, quien aborde la cuestión del incremento de las terrazas de locales y las consecuencias que tiene sobre el espacio público y las molestias que ocasionan a peatones y vecindario en general.
“Es imprescindible que las normas que se reflejan en las ordenanzas a través del papel se hagan cumplir de manera efectiva, y ahí tienen mucho que ver los distintos departamentos del Gobierno municipal implicados, incluyendo a la Policía Local, así como a técnicos e inspectores que han de velar por el cumplimiento de las ordenanzas y a quienes hay que facilitar su trabajo desde el Ayuntamiento, con directrices claras y recursos”, ha dicho María José Broseta, presidenta de la Federación vecinal.
María José Broseta: “Es imprescindible que el Gobierno municipal cumpla y haga cumplir las normas que él mismo aprueba”
“Todos tenemos derecho a disfrutar de una buena terraza, tomando algo y conversando con amigos y amigas, pero esto hay que hacerlo aportando calidad a usuarios y también a peatones, así como a vecinos y vecinas, sin generar agobios por exceso de aforo, malos olores por salidas de humos sin filtros, ruidos excesivos o invasión del espacio público”, ha añadido María José Broseta.
Para la presidenta de la FAAVV, es imprescindible que haya controles y racionalidad, que se intervenga en quien incumple permisos y leyes y que se acabe con todas aquellas situaciones que afectan al espacio público, con zonas que son intransitables para los viandantes e incómodas para los propios usuarios de las terrazas.
El descontrol por parte del Ayuntamiento está afectando además a las propias arcas municipales y a la recaudación pública. Además de que ha habido un aumento considerable de mesas y sillas, y terrazas, desde el año pasado hasta éste, en 2023 se deberían haber ingresado 2.742.257€ de acuerdo al número de terrazas existente, pero se dejó sin cobrar más de medio millón de euros, en total 501.591€. Esto supone una pérdida de casi un 20% que hubiera beneficiado al presupuesto municipal y por tanto a los recursos de todos los valencianos y valencianas. Es decir, una de cada cinco terrazas no paga sus impuestos y, a pesar de eso, el Ayuntamiento no ha retirado ninguna tampoco por ese motivo.
“Hemos hecho llegar al Ayuntamiento nuestras propuestas respecto a todas estas cuestiones y estamos a la espera de que se convoque la Mesa de Diálogo sobre Ocio y Turismo que se comprometió, para conocer las soluciones que asume o propone el Gobierno municipal y cuáles no. El espacio público ha de ser abierto y saludable, garantizando la convivencia y una diversidad de usos que no necesariamente han de ser siempre comerciales”, ha añadido María José Broseta.
Asimismo, la portavoz vecinal ha incidido en la necesidad de revertir la situación actual, de manera que vuelvan a su lugar bancos que estaban en las aceras y que se retiraron para ampliar terrazas, por ejemplo. “Hay que hacer valer un modelo de ocio y turismo que sea sostenible y compatible con la convivencia, haciendo cumplir las ordenanzas para impedir los abusos”, ha concluido Broseta.
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