La Federació d’Associacions Veïnals de València ha concluido su balance de las Fallas 2023 destacando la falta de previsión ante la masificación que la ciudad ha sufrido especialmente durante los últimos días de la semana fallera. Desde la FAAVV se señala además la necesidad de vincular el análisis desde las Administraciones públicas con el modelo de ciudad y de turismo que se quiere para València.
Aspectos como la movilidad y la limpieza suspenden claramente en el análisis que desde las asociaciones vecinales se hace de las Fallas de este año. Tal y como se ha concluido en los estudios realizados desde la Federación vecinal, la planificación y previsión han sido claramente insuficientes a pesar de que ya se conocía con suficiente antelación la alta ocupación hotelera que había para los días previos al 19 de marzo, más aún sabiendo de la coincidencia con el fin de semana.
Más allá de todas estas situaciones, desde la Federación vecinal se señala la necesidad de buscar soluciones para fomentar la convivencia durante los días de las fiestas falleras, ateniendo a los servicios necesarios no sólo para visitantes que desean disfrutar de las fiestas sino también para las personas que trabajan durante la semana fallera, como pueda ser un servicio de EMT adecuado, cortes de calles que pueden evitarse por no ser necesarios, e intentando normalizar al máximo el ritmo cotidiano de la ciudad coordinando correctamente con las actividades festivas.
Las asociaciones vecinales destacan la falta de recursos para la limpieza y la deficiente movilidad entre los principales problemas
Desde la FAAVV se señala por tanto la necesidad de corregir varios aspectos de cara a las próximas Fallas, con mayor planificación y con una correcta adaptación al flujo de visitantes, atajando así problemas derivados por la masificación que han propiciado que los servicios de limpieza y su personal no pudieran dar abasto ante todo el descontrol o que la movilidad fuera caótica no sólo por la insuficiencia evidente del transporte público sino también por el descontrol de los estacionamientos y la invasión de zonas peatonales. Ha llamado la atención especialmente la insuficiencia manifiesta en el número de efectivos de Policía Local e incluso la ausencia de los mismos en muchos barrios de la ciudad.
Asimismo, se ha señalado desde las asociaciones vecinales el incumplimiento expreso del bando de fallas en diferentes cuestiones como en lo relativo a la pirotécnica, tanto respecto a los horarios como a las zonas destinadas a disparar artificios pirotécnicos. En ese sentido se propone como medida para los próximos años que los establecimientos de venta de pirotecnia deban dar información al respecto en cada venta al público, así como que el horario de apertura de estos establecimientos no se permita durante la noche y madrugada.
También se ha considera como muy excesivo el número de establecimientos de venta ambulante de comida que se ha permitido abrir, generando en consecuencia mayor suciedad, contaminación, malos olores y unas condiciones de salubridad muy dudosas. Por otra parte ha sido insuficiente el número de urinarios portátiles en el conjunto de la ciudad, haciéndose más evidente aún en los barrios periféricos donde, además, no se limpiaban los mismos.
Además, se ha observado una ausencia de control, supervisión y sanción respecto al nivel sonoro de muchas verbenas y discomóviles, pese al respeto mayoritario de las comisiones falleras que también es necesario señalar. Otro problema que se ha vuelto a repetir ha sido la quema de contenedores, que ha ocasionado serios peligros en diferentes barrios.
Llamada a la reflexión para las próximas Fallas
Desde la Federació d’Associacions Veïnals de València se hace por tanto una llamada a la reflexión que debería tratarse en profundidad desde las propias Administraciones públicas. De este modo, habría que hacer un análisis sobre el modelo de fiesta de Fallas que se quiere para la ciudad, así como el modelo de turismo que se desea para el presente y para el futuro.
Desde el movimiento vecinal, se valora que la fiesta fallera podría realizarse perfectamente, cuidando y respetando a las comisiones falleras y sus actividades pero, al mismo tiempo, limitando, controlando y coordinando todas las acciones que sean necesarias para lograr un modelo de cultura festiva más sostenible e integrador, alejado de la turistificación desmedida, y encaminándose a un modelo más amable y respetuoso con todas las personas que conviven en la ciudad durante esos días en sus diferentes circunstancias. Convertir la ciudad y los barrios en un espacio de vacaciones todo el año, más allá de las Fallas, no es el camino para la calidad de vida de las personas residentes habituales.
Por último, también se ha puesto de manifiesto la necesidad de avanzar en el proceso de transición a materiales menos contaminantes en la construcción de los monumentos.
Foto: Levante-EMV