La Federació d’Associacions Veïnals de València (FAAVV) defiende la educación pública y de calidad porque es un elemento fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades para toda la ciudadanía, y, por lo tanto, se posiciona en contra de los recortes que está sufriendo. Por todo ello, la entidad vecinal apoya las movilizaciones convocadas este 23 de mayo en defensa de la enseñanza pública.
La proposición de arreglo escolar para el curso 2024-2025 prevé el cierre de 206 aulas en la escuela pública en Educación Infantil y Primaria. En lugar de cerrar aulas, la Federación defiende una bajada de ratios y ofrecer en los centros públicos una enseñanza más personalizada, atendiendo la diversidad y las necesidades de aprendizaje de una manera más eficiente.
El cierre de las aulas puede provocar en las escuelas valencianas la eliminación de la posibilidad de estudiar en valenciano, la supresión de puestos de trabajo del profesorado o la implantación en los centros de unidades mixtas donde se cursan niveles diferentes. Además, estos recortes afectan gravemente al alumnado con necesidades educativas especiales que necesitan más atención, violando su derecho a una evolución educativa inclusiva e igualitaria dentro de la comunidad educativa valenciana.
Por otro lado, desde la Federación vecinal también se condena la paralización del Plan Edificant y el recorte en el presupuesto de éste, y que ha supuesto que las infraestructuras de los centros educativos de la ciudad de València estén en peligro: goteras, vallas exteriores e interiores oxidados, tejados que se caen a trozos, etc.
En cuanto al distrito único, la Federació d’Associacions Veïnals de València expone que la escuela pública no puede perder su papel de integradora y generar una distribución desigual del alumnado entre los centros educativos en función de sus características socioeconómicas, culturales y étnicas y que lesionan dos derechos fundamentales: el derecho en una educación inclusiva y el derecho a no sufrir discriminación. Además, este modelo de admisión promueve un sistema muy poco sostenible. La zona única provoca desplazamientos innecesarios en vehículos privados del alumnado ocasionando caos, contaminación acústica y ambiental y riesgos sobre la salud de las personas en nuestros pueblos y ciudades, mientras que las zonas escolares favorecen que las niñas y los niños se escolarizan en su barrio: un espacio enmarcado en su entorno más próximo y en la comunidad en la cual viven, criterio principal de las familias en la hora de elegir escuela. Cuando les llevamos a otros colegios, les estamos desvinculando de su entorno, les generamos unos vínculos magníficos en la escuela, pero con compañeros y compañeras con los cuales después no conviven.
Desde la Federación vecinal de València queremos mejorar la calidad de vida de los vecinos y las vecinas de la ciudad, y ante esta situación queremos condenar todos los ataques contra la educación pública que no velan por la mejora de la calidad de vida de las personas.