La Federació d’Associacions Veïnals de València denuncia que continúen los abusos del Puerto contra la ciudad, que comenzaron hace ya varias décadas y que ahora se enfocan en la recuperación de la propiedad de la Marina por parte de la Autoridad Portuaria de València. Tal y como señala la presidenta de la Federación vecinal, María José Broseta, “este movimiento responde al intento de compensar lo que ‘cede’ para el Parque sin Desembocadura y la Ciudad Deportiva del Levante”.
María José Broseta: “El conflicto continúa abierto dentro de una dinámica de imposición a la ciudad de un modelo insostenible de crecimiento portuario”
Desde el movimiento vecinal de València se viene denunciando que la ciudad haya tenido que financiar el crecimiento insostenible del Puerto sacrificando playas como las de Natzaret o huertas y barrios como la Punta. “Ese conflicto continúa abierto dentro de una dinámica de imposición a la ciudad de un modelo insostenible de crecimiento portuario. Las generaciones futuras merecen que echemos el freno y se repare el daño causado en el litoral”, ha manifestado María José Broseta.
Hay que recordar que el convenio del Ayuntamiento de València con el Puerto de 19 de mayo de 1986 y el Plan General de Ordenación Urbana de 1988 sacrificaron la playa con la condición de realizar unas compensaciones que hoy en día se mantienen incumplidas, como la solución hidráulica para el final del río para evitar su contaminación.
Asimismo, se calificó la huerta de la Punta como “suelo agrícola de especial protección” y, poco después se desprotegió la huerta para construir la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de Valencia, declarada ilegal hasta en tres ocasiones.
En 2004 el Puerto “cedió” a la ciudad la dársena para la Copa América. Pero la realidad es que recuperó ese suelo tapando la desembocadura histórica del río Turia y encauzándola bajo una rotonda.
Ahora, en 2023 la Autoridad Portuaria de Valencia quiere recuperar la propiedad de la Marina para compensar lo “cedido” para el Parque sin Desembocadura y la Ciudad Deportiva del Levante. “El litoral ha de ser para el pueblo y no para los especuladores”, ha concluido María José Broseta.
Cronología básica del conflicto
El conflicto generado por el crecimiento desmedido e insostenible del Puerto de Valencia se arrastra desde hace décadas. Ya en 1894 tiene lugar la lucha contra el dique sur, que desvió el río y causó graves inundaciones en la desembocadura.
En los años 80 del pasado siglo es cuando tienen lugar las protestas contra la desaparición de la playa, y es en 1986 cuando se ejecuta la ampliación sur del Puerto y la destrucción de la playa de Natzaret y de La Punta, hecha sin Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
En la década de los 90 tienen lugar las movilizaciones contra las bases ilegales de contenedores portuarios en la huerta de La Punta, y desde esos años se pone en marcha la lucha contra la ZAL del Puerto que destruyó la huerta de La Punta y expulsó a centenares de familias, en un conflicto aún abierto por la imposición a la ciudad de un modelo insostenible de crecimiento portuario.
Ya en este siglo, en julio de 2003, se derriba la última casa ubicada en los terrenos de la ZAL de La Punta.
Diversas sentencias han dado la razón al vecindario a lo largo de los años. Además, la resolución final de los tribunales todavía está pendiente. Aún así, los terrenos continúan estando expropiados y los proyectos del Puerto siguen su curso. De hecho, más de tres décadas después no sólo no se han cumplido las compensaciones como la solución hidráulica para impedir la contaminación del cauce histórico del Turia, sino que se continúa hablando de la ampliación norte y de su correspondiente acceso.