La Federación de Vecinos de Valencia presentó este martes un documento con ocho alegaciones sobre el reglamento de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que está en fase de exposición pública.
La entidad ha valorado positivamente el documento en líneas generales, especialmente las medidas encaminadas a proteger a las mujeres y a colectivos vulnerables posibilitando que bajen fuera de las paradas por las noches.
Sin embargo, la presidenta de la organización vecinal, María José Broseta, ha explicado que las alegaciones presentadas pretenden “puntualizar algunos artículos, la mayoría de ellos encaminados a mejorar la seguridad, los derechos de las personas discapacitadas y a eliminar subjetividad en algunas medidas para evitar posibles conflictos”.
Por ejemplo, en el apartado tercero del artículo 10, que regula el acceso a los buses de usuarios con patinetes o bicicletas, queda a criterio del conductor esta posibilidad en función del aforo. Para eliminar posibles conflictos, la Federación propone que se articulen unos horarios (fuera de las horas punta) y días concretos, tal y como se hace en Metrovalencia, en los que se pueda entrar al bus con estos vehículos. Si dentro de esos horarios hubiera alguna situación de masificación, quedaría a criterio del conductor la posibilidad de subirlos.
En materia de seguridad, el artículo siete, apartado cinco, establece la posibilidad de que los autobuses incluyan cámaras de seguridad en su interior, pero que en ningún caso grabarán a los conductores.
La Federación considera que, siempre y cuando sea legal, las imágenes de las cámaras pueden ayudar a mejorar la seguridad durante su trabajo o ayudar incluso a resolver cualquier conflicto en el que puedan verse implicados. Por eso se propone que las cámaras puedan grabar también a los conductores (salvo que sea ilegal por intromisión en la intimidad) y que en caso de conflicto que implique revisión de las imágenes, estén presentes los representantes de los trabajadores.
En materia de accesibilidad, la Federación propone que siempre que las condiciones de las aceras o espacios públicos lo permitan, se cambien postes por marquesinas, que se instalen máquinas validadoras en las puertas de acceso de los buses con rampas para que las personas discapacitadas puedan cancelar sus abonos sin requerir ayuda.
Además, se propone estudiar un mecanismo o sistema, en virtud del cual, desde las paradas las personas con algún tipo de discapacidad puedan dar el alto al autobús a distancia, mediante algún tipo de dispositivo que pueda avisar anticipadamente al conductor. Lo anterior, teniendo en cuenta que en el apartado 7º del artículo 9, ello se condiciona a que “el conductor aprecie la existencia en la parada de una persona invidente o con movilidad reducida”. Por ello sugerimos, como solución alternativa y hasta que se puedan instalar dichos dispositivos, que los autobuses paren en todas las paradas en las que haya usuarios aunque estos no den el alto, como sucede en otras ciudades.