Todos amamos las terrazas

Pretender abordar el “reparto” entre el uso comercial y el realmente público de las calles y plazas de la ciudad solo por la “emergencia económica” de la hostelería es simplificar mucho un problema de hondo calado social y de imagen de ciudad. Y hacerlo con nuevos acuerdos provisionales es perpetuar el actual conflicto, renunciar a un ocio saludable y de calidad e ignorar las demandas que plantean los residentes en estas áreas que uds llaman “tensionadas” y nosotros sobrexplotadas económicamente.