Este jueves ha tenido lugar el Consejo Municipal de Turismo en el que ha participado la Federació d’Associacions Veïnals de València (FAAVV). En el mismo, el Gobierno municipal ha presentado el “Plan Estratégico 2024-2028” sobre el que solamente se ha informado que está en fase de adjudicación del contrato. “Este Consejo se ha realizado al margen de la realidad del malestar que viene generando el turismo en la ciudad”, ha dicho la presidenta de la FAAVV María José Broseta, “ignorando por ejemplo la cuestión de la moratoria y de la problemática del encarecimiento de la vivienda”, ha añadido.
Desde la Federación vecinal se insiste en la necesidad de abordar los graves problemas urbanísticos y de vivienda que este crecimiento exponencial de la industria turística está ocasionando a quienes viven en la ciudad. “Nuestras críticas no van dirigidas a perseguir turistas, sino a regular una industria que dilapida recursos de primera necesidad como las viviendas”, ha manifestado Broseta.
La presidenta de la FAAVV ha incidido una vez más en que, más allá del optimismo vinculado a las grandes cifras, es imprescindible trabajar por una gestión del turismo que abogue por un crecimiento sostenible, lo que implica dejar de crecer en número de turistas si no se tiene dónde alojarlos. Abordando la cuestión en convivencia con los y las residentes, y eliminando la turistificación desbocada que se viene fomentando en los últimos tiempos.
“Una vez más comprobamos cómo, los propios mecanismos municipales de participación no sirven o no se utilizan para compartir constructivamente una hoja de ruta en materia de ocio y turismo junto a los vecinos y vecinas”, ha explicado María José Broseta.
La portavoz vecinal ha señalado además la importancia de abordar una regulación que hable de cómo se tramitan las licencias de las viviendas de uso turístico, cómo se regula su actividad y cómo se sancionan los abusos.
Pero, sobre todo, ha dicho Broseta, “hay que comenzar a hablar ya de los límites, de la capacidad de carga turística, de cuántas plazas turísticas caben en un barrio o en una manzana en función del número de residentes y viviendas. Es decir, abordar por fin un problema que está acabando con la posibilidad de vivir en nuestros barrios”.
Uno de los objetivos que plantea la Federación vecinal es que al menos dos mil de las actuales viviendas de uso turístico, de las más de cuatro mil ilegales que existen ahora mismo, pasen a alquiler tradicional para residir.
“Es extremadamente urgente doblar la oferta del alquiler residencial y esto se puede hacer en el cortísimo plazo de esta manera simplemente habiendo voluntad política para ello”, ha explicado la presidenta del movimiento vecinal organizado de la ciudad.
Ante la aprobación de la moratoria
Desde la entidad vecinal se ha señalado también la preocupación sobre la virtualidad que puede tener una moratoria si la inmensa mayoría de apartamentos ya funcionan sin licencia y los que comienzan las obras lo hacen al margen de las normas urbanísticas.
“El actual procedimiento sancionador se está demostrando incapaz para contener el tsunami de apartamentos turísticos, la desaparición del mercado del alquiler residencial, los desahucios o el encarecimiento de la vivienda. Nos preguntamos cuántas de esas 156 denuncias que se han tramitado últimamente han supuesto un cese efectivo de la actividad hotelera, o cuántas de esas denuncias se han comunicado a la Dirección General de Turismo para que actúe con un procedimiento sancionador real”, ha dicho María José Broseta.
Para la Federación vecinal, la moratoria es, por tanto, un primer paso necesario. Pero son necesarias más aclaraciones. Ya ha pasado un año desde la llegada de este Gobierno municipal y, mientras tanto, el problema ha seguido creciendo y agravándose, con más de mil nuevos apartamentos sin licencia en solo un año. Más allá de la cuestión decisiva en relación a la vivienda por ejemplo en lo que tiene que ver con la inexistencia de vivienda pública o la cuestión de la fiscalidad.
Desde la FAAVV recordamos a la alcaldesa que debe convocar la comprometida mesa de diálogo sobre ocio y turismo, para que podamos hablar con seriedad y rigor de la mercantilización de la vivienda y del espacio público en València. “Queremos conocer y debatir la hoja de ruta para frenar la emergencia habitacional y la burbuja inmobiliaria creada alrededor de la especulación turística con la vivienda”, ha concluido Broseta.