La Federació d’Associacions Veïnals de València (FAAVV) se ha posicionado hoy ante el anuncio de la moratoria a las nuevas licencias para apartamentos turísticos, señalando la necesidad de contar con los vecinos y vecinas para establecer una hoja de ruta que realmente sea efectiva para detener la actual avalancha de turistificación descontrolada que está haciendo inhabitable la ciudad hasta el punto de eliminar la posibilidad de adquirir o alquilar una vivienda para uso residencial. Asimismo, se ha manifestado también respecto al reciente anuncio en relación a los límites de los megacruceros, señalando que la medida propuesta no aborda más que un mínimo porcentaje del problema y no afronta la cuestión de fondo.
María José Broseta: “Queremos conocer y debatir la hoja de ruta para frenar la emergencia habitacional y la burbuja inmobiliaria creada alrededor de la especulación turística con la vivienda”
Tal y como ha destacado la presidenta de la Federación vecinal de València, María José Broseta, “el hecho de que el Ayuntamiento asuma la necesidad de impulsar una moratoria de licencias de nuevas viviendas de uso turístico es, de entrada, una buena noticia que debemos celebrar, pues significa que finalmente el equipo de Gobierno municipal asume que existe un problema con el crecimiento descontrolado del alojamiento turístico”. No obstante, la portavoz del movimiento vecinal organizado de la ciudad ha lamentado también “que nos tengamos que enterar de estos cambios de orientación a través de los medios de comunicación y no mediante las mesas de diálogo con las que se comprometió la alcaldesa María José Catalá y donde debería explicarse el propósito y contenido de esta moratoria, y en concreto cuál es la hoja de ruta municipal en materia de ocio y turismo”.
Desde la Federación vecinal se indica que, por supuesto, es necesaria una ordenanza para regular cómo se tramitan las licencias para este tipo de alojamiento, también cómo se regula su actividad y cómo se sancionan los abusos. Pero, sobre todo, en esta ordenanza hay que comenzar a hablar ya de los límites, de la capacidad de carga turística, de cuántas plazas turísticas caben en un barrio o en una manzana en función del número de residentes y viviendas. Por todo ello, la FAAVV entiende que la moratoria debe suspender también los cambios de uso de residencial a terciario hotelero.
No sólo la moratoria
Desde la entidad vecinal se ha señalado también la preocupación sobre la virtualidad que puede tener una moratoria si la inmensa mayoría de apartamentos ya funcionan sin licencia y los que comienzan las obras lo hacen al margen de las normas urbanísticas.
“El actual procedimiento sancionador se está demostrando incapaz para contener el tsunami de apartamentos turísticos, la desaparición del mercado del alquiler residencial, los desahucios o el encarecimiento de la vivienda. Nos preguntamos cuántas de esas 156 denuncias que se han tramitado últimamente han supuesto un cese efectivo de la actividad hotelera, o cuántas de esas denuncias se han comunicado a la Dirección General de Turismo para que actúe con un procedimiento sancionador real”, ha dicho María José Broseta.
Para la Federación vecinal, la moratoria es, por tanto, un primer paso necesario. Pero son necesarias más aclaraciones. Ya ha pasado un año desde la llegada de este Gobierno municipal y, mientras tanto, el problema ha seguido creciendo y agravándose, con más de mil nuevos apartamentos sin licencia en solo un año. Más allá de la cuestión decisiva en relación a la vivienda por ejemplo en lo que tiene que ver con la inexistencia de vivienda pública o la cuestión de la fiscalidad.
Desde la FAAVV recordamos a la alcaldesa que debe convocar la comprometida mesa de diálogo sobre ocio y turismo, para que podamos hablar con seriedad y rigor de la mercantilización de la vivienda y del espacio público en València. “Queremos conocer y debatir la hoja de ruta para frenar la emergencia habitacional y la burbuja inmobiliaria creada alrededor de la especulación turística con la vivienda”, ha concluido Broseta.
Megacruceros
Respecto a las recientes declaraciones anunciando que en el año 2026 no habrá megacruceros en el Puerto de València. Desde la Federación vecinal se recuerda que no es sólo el tamaño de los cruceros el problema, también su número, o. “No debería autorizarse el atraque de más de tres cruceros a la vez, sea cual sea su tamaño, y habría que poner un límite máximo de cruceristas diarios en la ciudad, además de alejar los cruceros de la zona urbana y aplicar la tasa turística”, ha dicho la presidenta de la FAAVV.
Asimismo, hay que recordar que solamente el 16% de los cruceros previstos para 2024 son de más de 5.000 pasajeros, que son los llamados o considerados como “megacruceros”. Por tanto, el 84% se quedaría fuera de una medida que, además, se está planteando para dentro de dos años.
Además, es imprescindible abordar el estudio para conocer la capacidad de carga de la ciudad. “Para un máximo de quince euros por día, que es lo que deja un crucerista de media en València, más vale poner límites serios y efectivos. El turismo en la ciudad no puede seguir creciendo en número si no en la calidad de su oferta”, ha finalizado María José Broseta.
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